Debrauwer narra la agridulce historia de Pauline (Dora van der Groen), una cándida "niña" de 66 años con una evidente incapacidad mental, pero de un gran corazón. Su vida, al lado de su hermana Martha (Julienne de Bruyn) en un chalet belga, cambia radicalmente al morir ésta. Pauline ama su jardín y goza coleccionando recortes de flores, y adora a otra de sus hermanas, Paulette (Ann Petersen), a quien le repatea que la visite. Al morir Martha, Paulette organiza el funeral, mientras que la menor de la familia, Cécile (Rosemarie Bergmans) vuelve de Bruselas para dar el último adiós a Martha. El testamento de Martha indica claramente que su herencia ha de repartirse entre las tres hermanas si una de ellas se hace cargo de Pauline, aunque en caso de que sea internada en un siquiátrico las propiedades en cuestión pasarían a manos de ésta.
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Debrauwer narra la agridulce historia de Pauline (Dora van der Groen), una cándida "niña" de 66 años con una evidente incapacidad mental, pero de un gran corazón. Su vida, al lado de su hermana Martha (Julienne de Bruyn) en un chalet belga, cambia radicalmente al morir ésta. Pauline ama su jardín y goza coleccionando recortes de flores, y adora a otra de sus hermanas, Paulette (Ann Petersen), a quien le repatea que la visite. Al morir Martha, Paulette organiza el funeral, mientras que la menor de la familia, Cécile (Rosemarie Bergmans) vuelve de Bruselas para dar el último adiós a Martha. El testamento de Martha indica claramente que su herencia ha de repartirse entre las tres hermanas si una de ellas se hace cargo de Pauline, aunque en caso de que sea internada en un siquiátrico las propiedades en cuestión pasarían a manos de ésta.
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