La historia retrata el encuentro entre dos mundos: el de Georges, un retrasado mental (Pascal Duquenne) y el de Harry, un ejecutivo (Daniel Auteuil), Harry, cuyo único alimento cotidiano es la artificialidad del pensamiento positivo, tiene mucho que aprender de Georges aunque sea retrasado. El octavo día, ese que no figura en ningún calendario, que nunca termina, se manifiesta en el choque entre el orden y la anarquía, la razón y la locura. Una historia de amor, de amistad, de liberación y generosidad. Jaco Van Dormael, desde 1980 ha dirigido cortometrajes y reportajes, casi todos ellos premiados. Siempre interesado por el mundo de los niños. En 1991 realiza su primer largometraje, Totó, el héroe —en el que también interviene Pascal Duquenne—, Cámara de Oro y Premio del Público en el Festival de Cannes. Duquenne realmente tiene síndrome de Down. Van Dormael ha querido mostrar, en una sencilla historia lineal, la singularidad del hecho de tener esa enfermedad, las diferencias. De ahí ese encuentro y choque entre dos mundos: el de Harry y el de Georges.
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La historia retrata el encuentro entre dos mundos: el de Georges, un retrasado mental (Pascal Duquenne) y el de Harry, un ejecutivo (Daniel Auteuil), Harry, cuyo único alimento cotidiano es la artificialidad del pensamiento positivo, tiene mucho que aprender de Georges aunque sea retrasado. El octavo día, ese que no figura en ningún calendario, que nunca termina, se manifiesta en el choque entre el orden y la anarquía, la razón y la locura.
Una historia de amor, de amistad, de liberación y generosidad. Jaco Van Dormael, desde 1980 ha dirigido cortometrajes y reportajes, casi todos ellos premiados. Siempre interesado por el mundo de los niños. En 1991 realiza su primer largometraje, Totó, el héroe —en el que también interviene Pascal Duquenne—, Cámara de Oro y Premio del Público en el Festival de Cannes. Duquenne realmente tiene síndrome de Down. Van Dormael ha querido mostrar, en una sencilla historia lineal, la singularidad del hecho de tener esa enfermedad, las diferencias. De ahí ese encuentro y choque entre dos mundos: el de Harry y el de Georges.
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